Uno de los mayores atractivos de Pelahustán es la homogeneidad de su arquitectura popular de piedra berroqueña y granito, fabricada con sillería y mampostería muy elaborada. Y entre sus calles, además de estas muestras, algunos monumentos de interés.
Iglesia de San Andrés Apostol
Realizada en un estilo gótico tardío, está incluida como monumento en el Inventario de Patrimonio de Interés Regional de la Provincia de Toledo. Tuvo ampliaciones durante los siglo XVII-XVIII. Se compone de una nave única, cabecera poligonal y torre a sus pies. La portada principal se encuentra en su lado sur, y es una obra de principios del siglo XVI. Junto a su entrada se encuentra una capilla barroca y destacan diversos retablos datados en los siglos XVII-XVIII.
La picota
Declarada Bien de Interés Cultural. De estilo gótico tardío, es un monumento esculpido en granito, símbolo de la libertad jurisdiccional. Datado en 1635 al adquirir Pelahustán el privilegio de villazgo separándose de Escalona. Es circular en varias piezas con terminación en pico bellota con cuatro ménsulas en su comienzo.
Ermita del Rosario
Datada entre los siglos XVII-XVIII, es una pequeña construcción de planta cuadrada con un tejadillo que protege la entrada. Destaca en su interior su zócalo de cerámica de Talavera, del siglo XVI.
Potro de herrar
Situado cerca de la ermita, está compuesto por cuatro bloques de granito, más otras dos más pequeñas situadas a los extremos. Era utilizado para herrar a los animales de tiro y es similar a otros de la Sierra de San Vicente y la provincia de Ávila.
Los caños
Actualmente se conservan tres fuentes fechadas entre el siglo XVIII y el XIX: la primera se localiza en Prado Redondo, consta de tres caños y está rematada por un tímpano moldurado; la segunda, el Caño de Enmedio, se localiza en la Plaza del Caño Viejo, pilón rectangular de tres caños; y la tercera, conocida como caño de “allá”, en las inmediaciones de la Ermita del Rosario, era la que tenía el agua más fina.